En estos cursos la primera cosa que me viene a la cabeza es que me he divertido mucho. Me han ayudado a soltarme y ser más espontánea. He aprendido a tener recursos sencillos y eficaces para escucharme, conectar conmigo y con lo que siento, conectar con los estados de los otros. Conectar con la Naturaleza, con las Artes y con lo trascendente. Me han ayudado a abrir el corazón y sentir la ternura, el agradecimiento, el Amor. Me han proporcionado una visión más completa de mi con mis creencias, actitudes, apegos, miedos… También a ser consciente de mis posibilidades, sensibilidad y la posibilidad de compartir desde lo más auténtico de nosotros. Esta nueva y más profunda escucha me ha ayudado a sentir confianza en mí y en la Vida. Me han ayudado a abrir el corazón a la humanidad que somos cada uno de nosotros, que todos nos parecemos dentro de nuestras singularidades y todos estamos unidos y hechos de la misma pasta. A mi me ha ido muy bien sentir esto y salir de un sentimiento de soledad o aislamiento. También en los talleres te das cuenta que nuestras singularidades nos enriquecen a todos y que nos resuenan entre unos y otros. Me han ayudado también a conectar con el presente, el aquí y el ahora. Y todo va unido con sentirme más creativa, suelta y salir de las zonas conocidas para explorar nuevos horizontes. Por ejemplo en cantar improvisando y conectando con alguien o algo concreto sorprendiéndote de lo que sale de dentro. A comprender y a sentir que todos formamos parte de algo más grande, que todos somos queridos y estamos acompañados por seres de luz. Que el tiempo nos organiza pero también nos limita y he sentido, en los ejercicios, que pasado y futuro conviven con el presente. Que nos podemos sintonizar con ellos con práctica y apertura. A comprender que todo es más sencillo cuando ampliamos la mirada. A sentir como todo está vivo y vibra. Que puedo ponerme en el lugar del otro y sentirlo. He aprendido también a resituar experiencias trascendentes que he tenido desde pequeña y a que toda esta información que nos llega de manera espontánea, al comprenderla, le he podido dar un sentido y un espacio en mi desarrollo, en mi camino evolutivo. Son talleres sanadores, en el sentido más ámplio, que nos dan herramientas y vivencias para también ayudar a los otros. Y sobretodo ha sido una maravilla conocer a Teresa. Con su gran vitalidad y su generosidad nos contagia de entusiasmo y ganas de explorar y sentir nuevas realidades. Un abrazo muy grande.