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Inma Colorado

Conocí a Teresa causalmente en la feria del libro de Sant Jordi de Barcelona, en 2024. Enseguida conectamos y nos pusimos a hablar. Me comentó sobre los talleres de sensibilidad que impartía y pensé si aquello tendría que ver con el paso de avance espiritual que venía sintiendo desde principios de año.

En un momento de la conversación, Teresa me dijo: «Bueno, ellos te eligen, yo no digo nada ni tengo interés especial».

No pude dejarlo estar. Además, había demasiadas coincidencias. Miré algunos vídeos suyos de YouTube y una de sus Masterclass. Me vi agradablemente arrastrada a empezar el taller de Soy Sensitivo Plus. Conocía algunos de los ejercicios que ejemplificaba Teresa pero, con ella, eran mucho más potentes. Me preguntaba si Teresa era una activadora natural, si nos hacía una especie de iniciación a las técnicas o, simplemente, era mi momento de crecimiento en sensibilidad. Sea como fuere, yo ya quería aprender y practicar con ella.

Teresa me sugirió que hiciera los ejercicios guiados del portal web de la escuela antes de empezar el curso tutorizado síncrono, para que fuera más potente a la segunda vuelta. Conseguí practicar los ejercicios de la primera serie de 21 días antes de empezar la edición de septiembre. Ya me parecieron potentes las sensaciones y movimiento interior y, cuando empezamos con las tutorías de grupo, todavía lo eran más. Escalofríos y llanto espontáneo en sus canalizaciones; sensación de centramiento energético y corporal casi inmediato con los ejercicios de conexión; soñar con un familiar fallecido entregándome un mensaje la misma noche en la que había salido en la conversación del taller o con quién había hecho un ejercicio; dolor en la mano dominante antes de uno de los ejercicios de canalización escrita; apagón de luz y Wi-Fi durante 5 minutos en mi casa en el momento en que me iban a hablar de mi abuela, de quién, Teresa y otra alumna, se habían percatado que estaba conmigo desde el principio de la clase de ese día, son algunos de los ejemplos de anécdotas sucedidas.

Conseguí, con el curso, algunos de los objetivos que pretendía explorar y resolver en mi próxima formación espiritual:

– Quería, entre otras cosas, aprender a limpiarme energéticamente de forma eficiente para que me afectara lo menos posible la energía y las emociones de los demás en mi permeabilidad y sensibilidad. Me siento más segura y fuerte ante esto.

– Descubrí que, si hay seres desencarnados cerca, al intentar comunicarse nos afectan al sistema nervioso, pero no porque pretendan dañarnos sino por la electricidad al conectar. Descubrí que se les puede poner límites y aprendí a hacerlo con pocas prácticas.

– Quería también ganar seguridad y tener manejo de mi sensibilidad para no quedarme a merced sin más de esta capacidad, como veo que le pasa a mi madre. Quería descubrir qué hay detrás y aprendí a distinguir algunas señales de mi cuerpo: cuando una densidad es menos mía y más de otro, o de un ser desencarnado cercano, al igual que las emociones.

También conseguí más seguridad tomando decisiones. Chequeándolas desde diferentes ejercicios, como descongestionando el cuerpo y bailándolas, por ejemplo.

Además, ahora, a veces noto a una abuela, o a una tía, o a una amiga fallecida cuando me viene la cabeza, y puedo sentirla cerca un rato, sin asustarme ni pensar que va a ocurrir algo malo. Todavía no sé si solo vienen de visita o a decirme algo concreto, pero para mí, está bien así ahora mismo.

Un día, en el recordatorio de fallecimiento de una amiga, me levanté muy sensible, como tristona, y el día anterior había estado contenta. Recordé que Teresa nos sugirió hacer un calendario de cumpleaños de fallecimientos. Al hacer mis ejercicios matinales de Chi-kung, me vinieron recuerdos en los que me parecía oír su tono de voz en mi cabeza. Me emocioné mucho, lloré, y no pude terminar la tabla completa de Chi-kung sin ir a buscar una libreta pequeña de un cajón y comprometerme a empezar ese calendario. Terminé mis ejercicios emocionada y decidí anotar ya su fecha, antes del desayuno. Después de anotar la fecha, dudé un momento si me acordaría bien de uno de sus apellidos pero, al empezar a escribir su nombre, oí interiormente de nuevo su voz diciéndome: «Tú apunta:» y seguidamente me dijo su nombre compuesto completo y sus dos apellidos de carrerilla. La sentí un buen rato conmigo y, busqué algunas fotos y recuerdos más con ella, para conmemorar y celebrar en mi corazón los momentos compartidos con ella en esta vida.

Así que, el curso de Soy Sensitivo de Teresa es un taller de aventuras imprevisibles, no solo de aprendizajes, de técnicas, de ejercicios de conexión, limpiezas, canalización y sanación de heridas. Además de esas herramientas, te llevas amor, del de dimensiones no físicas, y experiencias de aquellas puertas a las que tengas el atrevimiento de asomarte.

Algo que me parece clave en esta aventura es el mantener la mente lógica dentro de la apertura emocional, la mente abierta dentro de la experiencia sensorial y, atender y poner foco al cuerpo tras los ejercicios que se perciben como más potentes, aunque no te movieras un ápice y solo te pasara por dentro.

Gracias Teresa.

Un abrazo inmenso