Artesana.
Siempre, a lo largo de mi vida, me acompañaba la tristeza sin tener motivo alguno para estar triste. Parecía como si la tristeza fuera intrínseca. Le pedí a Teresa constelarla. La sesión fue preciosa. Descubrir de dónde provenía esa pena intrínseca me liberó de la misma.
Por fin sabía de dónde venía y me pude reconciliar. Gracias.
También, a partir de entonces, y gracias a unos talleres de desarrollo de la sensibilidad que hice con Teresa, estoy aceptando y observando mis sensaciones. Estoy aprendiendo a darle la importancia que se merecen y a encontrar la información que me brinda mi parte sensorial.